Olor a café
Este rico olor a café, que de repente me ha llegado / no me explico exactamente qué me ha provocado. / Una voluptuosidad rápidamente desvanecida, / como si este olor, con esta intensidad, / me arribara en un momento equivocado de la vida.
Y una sensación de debilidad, / como si una herida del pasado / me volviera a hacer sufrir en el presente. / Debería estar dormido y este olor despertarme, / en lugar de sorprenderme tan consciente.
Unos pulmones nuevos penetrarme / y encaminarme, en un instante, / a encaramarme hasta las ramas más altas de la vida, / a respirar los vientos que soplan de levante, / y no convulsionarme / los rincones más oscuros de la mente.
Debería ser café apenas florecido, / de ése que no daña los riñones, / porque se está en la adolescencia / y se abren los balcones para que entre el día.
En fin, este olor a café me llenó de ausencia, de dolor, de melancolía.
7 comentarios
margajarrin -
Café y un cigarrillo, mmmm...un placer.
Un placer tu melancolía.
maximui -
¡Pará!
¡Y eso de... "gracias por seguir publicando la palabra"!
¡Pará!
Suena más a fundamentalismo evangelista que a difusión de literatura...
¡Pará!
diminui -
no olvides poner un botón en tu blog para que tus leectores conozcan el proyecto.
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gracias por seguir publicando la palabra.
COURTERLINE -
A mas de eso, se le retribuye la salutación... se sabe...
Vernieri -
Gracias por la visita L. de R.
ladron de rosas -
con respecto a los pulmones, los tengo repletos de humo, hace media hora que estoy aca y fume tres puchos.
muy bueno tu blog, simplemente me encantó
Courterline -
En la servilleta de papel
Y mancha con una especie de sabiduría rara el lino crudo
Es café
Es de mañana
Del otro lado de la calle un hombre hace aspaviento con los brazos
Se desayuna con delirio parece