Tres tristes textos como para Trejo
Este ojo que mira…
…con tristeza al caminante, desde quién sabe qué recóndito paraje natural, ¿es de animal?, ¿de personaje incógnito?, ¿de celeste tripulante de una nave espacial llegado recién del planeta rojo?
No mira con enojo, no hay ira en este ojo intrigante que despieza el talante más indómito.
Mira bien, no mira mal. Mira y mira a quien lo mira con coraje y entereza y lo deja de una pieza, al borde del vómito, para el reciclaje lo deja.
Y eso es normal porque el ojo se queja, se queja atónito del despojo bestial del paisanaje, se queja de esta vida y su crudeza tan borde y doliente.
Mi vieja, al emprender el viaje, tenía una mirada semejante, acorde con la del ojo del personaje, sea viajante sideral o animal sufriente.
Toda tortura sienta mal…
…hasta la que se practica con mesura.
La más dura es la que se practica hasta el basta.
Basta con practicar esta tortura para que se sienta toda la locura nefasta de esta práctica bestial.
El bestia que durante la siesta practica la tortura como táctica, en la práctica, es un animal de piel dura.
Cuando medito sobre el futuro…
…tan duro, tan pobre, tan maldito… me deprimo sin remedio.
Mi medio-primo, Aldito, el pobre, es más maduro meditando; por eso en el laburo lo ponen al mando.
Mandando, Aldito tiene peso, es espeso como un muro de cobre.
No como yo, que soy duro y no imito a mi primo-medio: me pongo tieso, me irrito y me deprimo sin remedio.
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isabelbarcelo -