Nieve en Badajoz
En este momento, son las dos cincuenta y nueve.
Llueve y ni cuenta se da el Dios celeste de este vaivén terrestre atroz.
Es más, consiento que este viento zumbón y pertinaz, a Dios, ni lo conmueve.
Nieve cayó aquí, en Badajoz. Ni paz ni perdón: desaliento, peste, desdén…
Para quien deteste el sufrimiento, con mi más precoz frenesí, escribí, audaz, mi cuento agreste, que es éste, bien breve:
«Llueve, sopla el viento, cayó nieve en Badajoz –a Dios le importa un pimiento– y son las tres.»
¿No te conmueve?
3 comentarios
Foster Douglas -
El viento es \"zumbón\".
Dios no acude a la palabra \"zumbón\". Yo tampoco.
En realidad nadie acude a la palabra \"zumbón\". En realidad nadie acude a ninguna palabra.En realidad a las palabras no se acude. Se acude a los actos patrios, a los exámenes de marzo, a las manifestaciones en apoyo a la revolución cubana.
De este modo, Dios y todos nosotoros unificamos nuestras respectivas conductas respecto a las aplicaciones del verbo \"acudir\". Ergo... Dios y todos nosotros somos uno en la diversidad. Esto demuestra, de manera concluyente, que si nosotros existimos, Dios también existe. Sólo queda por responder una interrogante: ¿nosotros existimos? ¿Eh?
koalipso -
Emeterio Rimadeiro -
a las nueve.
Ni antes ni después.
Aunque no llueve en Jeréz.
¿Qué querés?